Lecciones del coronavirus (1): el seguro de desempleo como salvavidas económico

Enviado por nacho-solorzano el Lun, 25/05/2020 - 20:57

En este artículo voy a hablar sobre la situación actual en Guatemala respecto a la pandemia COVID-19. Para los lectores que no son guatemaltecos, permítanme darles algo de contexto: la pandemia llegó a Guatemala en marzo y desde entonces el gobierno está luchando por contener los contagios y las muertes consecuencia del virus. Han tenido algún éxito, aunque en este momento parece ser que el país está entrando en la pendiente creciente, con una cantidad considerable de contagios en los últimos días. 

El actual presidente de Guatemala, un médico de profesión, ha aplicado algunas medidas parciales, como toques de queda y cierres en ciertos días, sin haber llegado nunca al confinamiento total para, supongo, salvaguardar la economía de un cataclismo sin precedentes. Estando a cargo de un país pobre, pareciera ser que el gobierno enfrenta un dilema imposible de resolver: dejar que los guatemaltecos se mueran por el coronavirus o que se mueran de hambre. 

Esta pandemia ha mostrado las debilidades del sistema social guatemalteco. No voy a entrar aquí a analizar el porqué de la situación sino más bien qué soluciones pueden contribuir a que la situación mejore, no solo durante situaciones de calamidad, sino también en circunstancias menos dramáticas. Empiezo entonces por la gente que, en teoría, debiese estar en la situación menos frágil: aquéllos que tienen un empleo en la economía formal. 

En Guatemala existe el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS). Esta institución, que data de mediados del siglo XX, es la que está a cargo de poner en práctica la protección social. Según su sitio de Internet tiene dos funciones esenciales:  la atención médica y la previsión social. La segunda, que es en la que me voy a interesar en este artículo, es definida como: "proteger a nuestros afiliados de aquellos riesgos que los privan de la capacidad de ganarse la vida, cualesquiera que sea el origen de tal incapacidad (maternidad, enfermedad, invalidez, vejez, entre otros); o, en amparar a determinados familiares en caso de muerte de la persona que velaba por su subsistencia."

En esa definición, los «afiliados» son aquéllos que tienen un trabajo formal y que contribuyen o han contribuido con sus cuotas propias y las cuotas patronales correspondientes. Ellos tienen derecho a pensiones manejadas por medio del programa de Invalidez, Vejez y Supervivencia (IVS) además de la atención médica mencionada. ¿Qué pasa cuando la gente pierde su empleo sin ser inválido o anciano? La respuesta es: «aquí está su indemnización y buena suerte» (la indemnización es una prestación guatemalteca que consiste en un pago equivalente a un mes de salario por año de trabajo laborado en la empresa). 

En el papel la indemnización debiese de cubrir al ex-empleado durante un tiempo prudencial hasta que encuentre otro empleo. Sin embargo, la crisis del coronavirus ha dejado al descubierto un problema: ¿Qué pasa cuando el empleado pierde el trabajo por quiebra de la empresa? Aquí es donde la situación se vuelve complicada: con los salarios relativamente bajos que hay en Guatemala, muchos están obligados a utilizar crédito para salir adelante, si tienen acceso. Para los que no tienen ahorros ni acceso a crédito, la perspectiva es la miseria. 

Es aquí donde pienso que la seguridad social guatemalteca podría intervenir. En Europa existe el seguro de desempleo, que es obligatorio y manejado por la Seguridad Social. Si el empleado pierde el trabajo por causas ajenas a su voluntad, la Seguridad Social le pagará una cantidad mensual para que pueda sobrevivir hasta que consiga colocarse de nuevo. Mi recomendación sería para el IGSS en Guatemala: lanzar un programa de seguro de desempleo para proteger mejor a sus afiliados, sobre todo en caso de la pérdida de empleo. 

Esta prestación tiene muchas ventajas: le permitiría a los ex-empleados utilizar sus indemnizaciones para otras cosas que el gasto diario, por ejemplo, pagar créditos o incluso invertir en sus propios negocios que generarían empleos contribuyendo así a la economía. El seguro de desempleo puede también cubrir cierres temporales de las empresas, como es el caso en la actual crisis: una empresa, en caso de calamidad pública, puede cerrar por un tiempo y luego reabrir recuperando a su mano de obra experimentada y calificada y continuar sus operaciones. En las condiciones actuales en Guatemala, si una empresa cierra, está obligada a despedir a los empleados, con la consecuente obligación de pagarles la indemnización, lo cual empuja a las empresas a la bancarrota y a la pérdida de empleos que, con una medida como el seguro de desempleo, podría evitarse. 

La implementación de este seguro podría hacerse de forma relativamente sencilla: la institución para manejarlo ya existe, el IGSS. Bastaría entonces con aumentar un poco las cuotas laborales y patronales reservando ese dinero para el paro. Es un pequeño costo que puede hacer una diferencia importante en la vida de aquellos que pausan por el trauma del desempleo.   

Comentarios

Me parece una excelente propuesta, ya que está pandemia mundial a dejado al descubierto varías debilidades administrativas y económicas, es decir muchos negocios son administrados bajo una venta diaria o mensual y con ello cubren los gastos correspondientes para el funcionamiento, pero al parecer nunca se guarda algo para una crisis de esta magnitud.
Por otra parte las empresas igual encuentran lagunas legales para no asumir responsabilidades patronales, por lo que no siempre la persona que se queda sin empleo cuenta con una indemnización, esto pasa si y solo si se cumplen ciertas condiciones, de lo contrario el empleado se va sin un respaldo económico, lo cual lógicamente provoca niveles de endeudamiento que no dan paz financiera, mental y familiar.

Usted hace un comentario muy pertinente: «las empresas igual encuentran lagunas legales para no asumir responsabilidades patronales, por lo que no siempre la persona que se queda sin empleo cuenta con una indemnización, esto pasa si y solo si se cumplen ciertas condiciones, de lo contrario el empleado se va sin un respaldo económico». Todo pasa, en efecto, por la aplicación generalizada de la ley. No solo falta tener leyes, sino también asegurarse que se respetan. Ese es otro problema que exploraré, espero, en una futura publicación. Muchas gracias por el interés.  

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